drados de suelo comercial dan para mucho. Y con la Ley 11/2013 de julio de 2013 aún más. Los cuatro socios que crearon la empresa Petrogold SL, que promueve la unidad de suministro automático de Mejostilla, recalcan que solo serán dos surtidores, uno de gasoil y otro de gasolina. Como mucho, el proyecto incluirá un medidor de presión de neumáticos. De los 7.300 metros cuadrados, apenas se utilizarán unos mil para la estación ‘low cost’. El resto por ahora no tiene un destino fijado, aunque las ideas barajadas son muchas. Desde gimnasio, hasta cafetería o tiendas, según reconoció ayer Mauricio Lázaro.
Es el responsable de la empresa constructora Risega SL, que ejecuta las obras, pero además está muy ligado a esta iniciativa ya que es el padre de dos de los cuatro socios, Javier y Luis Miguel, ambos ingenieros civiles. «Es sorprendente la que se está montando con esto. Es algo que no nos podíamos esperar. Cuando surgió la idea lo que pensamos fue justo lo contrario, que la gente estaría encantada y que nos recibiría con los brazos abiertos», explica Mauricio. A pocos metros de él se encuentra Javier Lázaro, promotor del proyecto y en la actualidad en paro tras haber trabajado en las obras del AVE.
«El sector de la construcción está en la ruina. Llevo desde los años 80 con la empresa. Les dije a los chicos que tenían que buscar otra alternativa. Surgió la nueva ley y nos embarcamos en esto», razona. Además añade que la idea era ampliar las actividades en esa parcela comercial a medida que la gasolinera estuviese operativa y el negocio se pusiese en marcha. «Se trata de darle vida a esto y si la cosa iba bien aumentar el número de servicios. Un gimnasio, pista de pádel, cafetería, comercio… Las posibilidades son muchas».
Pese a ello, habría que ver en detalle cada una de ellas, ya que de momento en el Ayuntamiento solo ha entrado el expediente relativo a la unidad de suministro. Mauricio Lázaro pide que haya concordia y que prevalezca el sentido común. De hecho, las relaciones entre los responsables de la propuesta y los residentes no son malas. «Vienen a por tierra y se la llevan. No ha habido ningún problema», comenta uno de los socios.
Lo que sí tiene claro es que, por su cuenta, no piensan interrumpir los trabajos. «He leído que un vecino quiere encadenarse. Él se puede encadenar, pero a los chicos los entierran. Sería la ruina, después de lo que se ha invertido aquí con el apoyo de toda la familia», relata este veterano constructor que cuenta con terrenos en Casa Plata y Vegas del Mocho.
Residencial Ronda no fue la primera opción, confiesa. Antes se negoció en Montesol (a precio prohibitivo, sostienen en Petrogold), con la promotora Urvicasa y con responsables del Parque Empresarial Mejostilla. Allí tenían cerrado un acuerdo verbal, era el sitio perfecto, pero nunca se llegó a sellar por escrito.
