Las gasolineras de Vigo ponen cámaras al aumentar los impagos
Proliferan los juicios por estafa a conductores que llenan el depósito
La Asociación de Estaciones de Servicio de Pontevedra está blindando sus gasolineras con cámaras para frenar la picaresca de los conductores. Así lo confirmó ayer el presidente Benigno Redondo. «Desgraciadamente, hay más picaresca, la gente dice que va a la tienda a pasar la tarjeta de crédito y pasa la de puntos y se marcha sin pagar. Ahora tenemos cámaras y se suele localizar a los conductores. Otros arrancan sin pagar, la picaresca aumenta, con la crisis la gente busca más artimañas», explicó ayer. Este confirmó que aumentan los casos de impago y que gracias a las cámaras ponen las denuncias aunque se siente impotentes. «No podemos hacer más», lamenta.
Un encargado y un empleado de la estación de servicio de Camposancos también han detectado un aumento de conductores que llenan el depósito en la gasolinera y luego escapan sin pagar tras poner excusas variopintas. Un fenómeno que atribuyen a algo más que a la crisis. «Mucha gente solo echa 5 euros de gasolina porque no tiene más pero otros, directamente, se marchan sin pagar», dijo ayer un encargado de la gasolinera de Camposancos al salir de declarar en un juicio contra un cliente por estafa.
Unos dicen que no les funciona la tarjeta de crédito y prometen volver a pagar los 50 euros del depósito esa misma tarde, otros se identifican con el DNI pero dan un teléfono falso y otros le dicen al empleado del surtidor que van a abonar con tarjeta en la tienda de la estación de servicio pero al entrar solo compran un paquete de chicles o preguntan una dirección. A finales de mes, aumentan los casos de quienes prometen pagar cuando cobre su nómina. Muchos cumplen pero otros no vuelven y la estación de servicio los denuncia en el juzgado por una falta. Al principio, era por hurto pero debido a la escasa cuantía de la gasolina, de 20 a 50 euros, el castigo no disuadía a nadie. Por ello, desde hace un tiempo denuncian por estafa, que es más grave.
Generalmente, actúan en el turno de noche. La impunidad con la que operan los clientes es tal que los responsables han ideado trucos para disuadir a los morosos o evitar que entre determinada clientela se corra la voz de que en esa gasolinera se puede hacer un simpa. Por un lado, ahora los empleados de la tienda y del surtidor se comunican con un intercomunicador para comprobar que los clientes pagan. Otras veces, alertan a la policía, cuyos agentes hacen prometer al cliente que pagará.
Uno de los juicios por estafa se celebró ayer en el juzgado de instrucción número 5 de Vigo. El conductor acusado no se presentó. La Fiscalía pidió 180 euros de multa y una indemnización de 50 euros.