Vuelven las subidas en el precio de la gasolina
Después de los descensos vertiginosos que vivió el precio del barril de crudo durante la segunda mitad del pasado año, el precio remonta en lo que parece un rebote bursátil clásico. Aquellos que esperaban que el precio del crudo realizara el conocido en bolsa como “rebote del gato muerto” pueden esperar, pues todo apunta a una subida del precio en los próximos meses.
Desde que comenzara su descenso a los infiernos, el crudo ha llegado a perder, tan solo desde junio de 2014 más de un 50 % de su valor, pasando de los 103 dólares el barril a rozar los tan solo 40.
Sin embargo, desde el pasado mes de abril se está produciendo una subida en el precio que ha roto la resistencia que fijó el paso mes de febrero en torno a los 53 dólares. Según la mayoría de los analistas técnicos de mercados financieros, se espera el que precio vuelva a los 53 dólares desde los 58 actuales y una vez allí, ‘testee’ la antigua resistencia en 53, que actuaría ahora como soporte técnico. Una vez esto suceda, previsiblemente la próxima semana, se espera que el precio comience a subir. No en vano, el precio de los hidrocarburos ya procesados no ha dejado de subir desde principio de año.
Se estima que el precio de la gasolina y el gasóleo, en su PVP o precio de venta al público, han mantenido una tendencia alcista constante durante lo que llevamos de 2015. La gasolina acumula un incremento de nada menos que el 14 % desde el inicio del año, mientras que el gasóleo sube un 8,75 %. Lo cual nos lleva a un incremento de casi 8 euros por cada 50 litros de gasolina. A pesar de lo cual, el precio del crudo no ha subido.
La bajada del precio del crudo en comparación con la nueva subida del precio de los hidrocarburos refinados ya no tiene como causa, los costos de producción del producto final o la importante cantidad de impuestos que las petroleras han de pagar. El nuevo culpable, según los expertos del sector, es la devaluación del euro con respecto al dólar. La casi paridad de las divisas provoca una apreciación importante del crudo, dado que el precio del mismo se fija en dólares. De este modo, si su precio cae, pero cada dólar es más caro para los europeos, la rebaja final pierde fuerza, pues la caída queda compensada en el cambio de divisas.
Por otra parte, analistas del sector cercanos a los consumidores atribuyen esta diferencia en la velocidad de las subidas (se anticipan a las subidas del precio real) y las lentas bajadas (el precio del carburante en las estaciones de servicio cae a un ritmo muy lento, mientras que el crudo lo hace rápidamente) al llamado efecto cohete y pluma, que consiste en que los precios suben a mucha velocidad cuando el mercado del crudo es alcista, mientras que descienden muy lentamente –como una pluma- cuando se advierte un mercado bajista en ciernes.
La picaresca está servida, pero lo cierto es que las empresas del sector petrolero han argumentado de muy distintas maneras el incremento del precio final con respecto al precio del crudo, sin que los consumidores acaben de comprar ninguno de sus argumentos. Y es que cuesta creer a las empresas de hidrocarburos cuando el último estudio de Eurostat situa a España como el tercer país de la Europa de los 28 con el Gas Natural más caro de Europa.
Además, el argumento acerca de la carga impositiva del Estado como causa del sobrecoste se cae, cuando con datos del pasado día 27 de mayo, Europa advierte a España de que el precio del Gas Natural es el segundo más caro de Europa sin impuestos, tan solo superado por Portugal.